Carlos Gordillo |
Al referí de Salta le tocó dirigir la pelea que abrió la competencia, donde el chileno Olivares le ganó al peruano Mamaní. En el segundo round, el combate fue interrumpido por un extraño que ingresó al “Tatami” de manera inesperada, un perro callejero. Gordillo sonrió, paró la pelea y esperó a que el cachorro sea retirado por las autoridades.
Ha sucedido muchas veces en diferentes deportes, los animales
suelen interrumpir un evento con el solo hecho de pasar por el espacio destinado
para la competencia. Pero en el taekwondo no es muy común, por el hecho que
generalmente se lleva a cabo en lugares
cerrados.
cerrados.
Le consultamos a Carlos Gordillo si alguna vez le había
tocado vivir una experiencia similar, a lo que nos respondió entre risas: “La
verdad que sí, y varias veces en Salta. Suelen pasar imprevistos en una pelea
de taekwondo”.
Aprovechando la simpatía y sentido del humor del árbitro
salteño, le pedimos que comparta alguna otra anécdota. “Tengo varias. El año
pasado en Buenos Aires un competidor me pegó sin querer una terrible patada en
la entrepierna que me dejó tendido en el suelo. Pero no terminó todo allí, la
pelea continuó y a los pocos minutos el mismo peleador me pegó no
intencionalmente un golpe de puño en el rostro, me dejó mal. Y le dije en tono
de broma: ¡eh pará!, vos me querés matar a mi?”.
“Y así tengo varias, una vez me enredé entre los competidores y nos fuimos al piso los tres
juntos”, concluyó de manera amistosa Carlos Gordillo, el árbitro que menos
equivocaciones tuvo en lo que va de los Juegos.
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